sábado, 10 de diciembre de 2011

¿QUÉ ES MEJOR? ANTE LA ENFERMEDAD MENTAL

ANTE LA ENFERMEDAD MENTAL ¿QUÉ ES MEJOR? ¿HACER PSICOTERAPIA O TOMAR PSICOFÁRMACOS?

Este es un dilema al que muchas personas se enfrentan, de forma más o menos consciente, cuando quieren pedir ayuda ante sus problemas psíquicos. Socialmente se vende la idea de la pastilla milagrosa que quita la depresión sin esfuerzo, pero, por otra parte, tomar un fármaco produce recelos en muchos casos; los fármacos producen efectos secundarios, hay que tomarlos mucho tiempo, acordarse de las tomas, etc. Con respecto a las terapias, muchas personas no saben muy bien a quién acudir. El mercado de las diferentes psicoterapias es muy extenso y no es fácil saber, para los pacientes, qué terapia es mejor para su problema o entender en qué consiste un proceso de terapia o que éste puede llevar su tiempo (en los casos más graves años o incluso toda la vida). Con frecuencia, algunas personas me preguntan que cuantas sesiones hacen falta o que como funciona lo que estamos haciendo. Desde mi experiencia he comprobado que es difícil prever un número exacto de sesiones, pues la terapia no es el único factor que puede ayudar a mejorar o empeorar a un paciente (pues obviamente tienen vida propia, más allá de la terapia). Y sobre como funciona, hay una parte que sí sabemos y comprendemos, pero otra que seguramente no, pues no todo lo que hacemos es de una manera totalmente consciente, aunque lo intentemos y la complejidad del abordaje del mundo interior del ser humano no siempre es fácil de comprender o analizar.

Lo que muchos no saben, es que como ha planteado el psiquiatra y premio Nobel Eric Kandel (1998), la psicoterapia y los psicofármacos pueden inducir alteraciones similares en la expresión de los genes y cambios estructurales en el cerebro. Es decir, que si damos una pastilla o hacemos terapia, los cambios cerebrales o incluso la modificación en la expresión de los genes, se producen de forma similar. Los genes pueden variar su expresión en función de nuevos aprendizajes, lo que puede generar cambios en los patrones de las conexiones neurales. Esta sería la función de la psicoterapia al generar nuevos aprendizajes que generan cambios a largo plazo en el comportamiento. En algunos casos es necesario combinar fármacos con terapia, para minimizar el sufrimiento del paciente, mientras espera a que la terapia tenga algún efecto. La combinación conjunta de psicoterapia y psicofármacos podría ser especialmente satisfactoria debido a una interacción potencial y a un efecto sinérgico de ambas. Siempre y cuando los fármacos estén indicados. Según Kandel, el tratamiento psicofarmacológico puede ayudar a consolidar los cambios biológicos provocados por la psicoterapia. Por su parte, la psicoterapia puede verse facilitada por un tratamiento farmacológico que controle por ejemplo los síntomas más agudos del paciente. 

Todo esto nos podría llevar a pensar en la importancia de considerar conjuntamente los enfoques biológicos y psicológicos que no son opuestos sino complementarios, mostrando dos dimensiones diferentes de una misma realidad que están interrelacionadas entre sí. Siendo el principal beneficiado de este enfoque el paciente. Y la misma ciencia puede sufrir un gran avance verificando por ejemplo los resultados de la psicoterapia mediante evaluaciones biológicas de los tratamientos psicológicos o bien observando las cambios mentales consecuencia de procesos biológicos.




Gabbard (2000) afirma que es necesario considerar la utilidad de combinar psicofármacos y psicoterapia en patologías como los trastornos de la personalidad. En los que hay unas variables que llama de carácter que son más susceptibles de ser modificadas con psicoterapia y otras variables de tipo temperamental que son susceptibles de tratamiento farmacológico (como la impulsividad y la labilidad emocional).

Es interesante un trabajo en el que se compara la eficacia de un psicofármaco antidepresivo (desipramina) con la terapia de pareja en pacientes diagnosticados de depresión (Leff y cols., 2000), en el que la terapia de pareja en estos pacientes mostraba una ventaja significativa con respecto al fármaco en cuanto a mejoría clínica, además de favorecer la buena relación en la pareja. En cuanto a costes no había diferencias entre ambos tratamientos. Siendo más aceptable para los pacientes la terapia que los antidepresivos. Un 50% de los pacientes tratados con el antidepresivo abandonaron el tratamiento y sólo un 15% de los que siguieron la terapia de pareja.

Según García Solano (1999) es preciso distinguir las patologías en las que se ha pretendido demostrar una naturaleza biológica, en las que la psicoterapia sería un apoyo al tratamiento farmacológico, de los trastornos en los que no se ha objetivado una base orgánica, en los que sería fundamental la psicoterapia y coadyuvante el fármaco. También destaca que los estudios, que comparan psicoterapia y psicofármacos, se han realizado desde el punto de vista del modelo médico, demasiado simple para evaluar algo tan complejo como el cambio psicológico, de lo que infiere que estos experimentos son “puros y desprejuiciados sólo en apariencia”. García Solano afirma que “la farmacoterapia y la psicoterapia son dos órdenes de fenómenos heterogéneos. No son comparables la una con la otra. La tosca traslación de los diseños de la farmacoeconomía tienen como efecto mutilar el concepto de psicoterapia, achatarlo, desconocer su naturaleza multidimensional.”

Resulta interesante la referencia que hace a Ernest Jones, psicoanalista discípulo de Freud, con respecto a su visión de los psicofármacos, que afirma lo siguiente: “Usted puede disminuir el grado de tensión, pero no está cambiando nada. Lo que ha causado la tensión sigue allí. Si se quita la droga volverá. No creo que haya evidencia de que ninguna droga sea capaz de cambiar la personalidad o el contenido de ideas o conflictos especiales que puedan estar trastornando al individuo (...) ¿Tiene algún valor el que el paciente se haga más asequible, digamos, a la terapéutica psicoanalítica? No, no lo creo, porque cuando se apagan las emociones en esa forma se las hace menos accesibles al cambio (...)”

Una psicoanalista (Roudinesco, 2000) señala que “los psicotrópicos tienen por resultado normalizar la conducta y suprimir los síntomas más dolorosos del sufrimiento psíquico sin buscar su significación”. Cita a un tal Henri Laborit que expresa que la psicofarmacología no es la solución a todos los problemas y dice: “¿Por qué estamos contentos de tener psicotrópicos? Porque la sociedad en la que vivimos es insoportable. La gente ya no puede dormir, está angustiada, tiene necesidad de ser tranquilizada, sobre todo en las megalópolis(...). Sin los psicotrópicos, se hubiera producido una revolución en la conciencia humana que clamara: “¡Esto no se soporta más!”, mientras seguimos soportando gracias a los psicotrópicos.” La psicofarmacología es vista como un tratamiento que se usa por igual para auténticos trastornos mentales que para sufrimientos pasajeros reactivos a un entorno difícil. Es interesante la reflexión que hace esta psicoanalista en relación con la psicoterapia, al afirmar que “una cura fundada en la palabra, una cura en la cual el hecho de verbalizar el sufrimiento, de encontrar las palabras para expresarlo, permite si no curarlo, al menos tomar conciencia de su origen, y por tanto asumirlo”. También afirma que el psicoanálisis a veces compite de tal forma con la farmacología y que él mismo es utilizado como una pastilla. También destaca el hecho de que con frecuencia, los pacientes mismos, influenciados por la mentalidad tecnológica y el materialismo, reclaman con frecuencia que sus síntomas tengan una causalidad orgánica, y llegan a sentirse desvalorizados cuando su problema no sigue un enfoque medicamentoso. Y la actitud del paciente y la sociedad en la que se valora por encima de todo el éxito material, hace que muchos sujetos prefieran enfrentarse a sustancias químicas antes que hablar de sus sufrimientos íntimos. En palabras de la autora: “El poder de los medicamentos del espíritu es así síntoma de una modernidad que tiende a abolir en el hombre no sólo su deseo de libertad, sino también la idea misma de enfrentar la adversidad. El silencio es entonces preferible al lenguaje, fuente de angustia y de vergüenza.” Los propios médicos han optado por una actitud similar, pues también para ellos disminuyó el umbral de tolerancia y el deseo de libertad. Y está claro que las terapias psicofarmacológicas aumentan la dependencia con respecto al sistema sanitario, sobre todo si no están indicadas y se usan solamente para acallar el sufrimiento humano.



Gabbard (2000) afirma, que vivimos en una sociedad enamorada de la tecnología, en la que la idea de que algo terapéutico pueda ocurrir cuando alguien habla con un profesional entrenado resulta controvertida. A lo que se añade que muchos profesionales de la psicoterapia han usado métodos poco rigurosos para demostrar la eficacia de sus procedimientos. Aunque son claras las evidencias de que la psicoterapia produce cambios incluso en el funcionamiento cerebral. Gabbard también señala la importancia de la relación terapéutica en la adherencia a cualquier tratamiento médico, por lo que la alianza terapéutica (que es un término acuñado por la psicoterapia) es un factor relevante tanto en psicoterapia como en farmacoterapia. En sus palabras: “Incluso cuando tratamos el cerebro con tratamientos somáticos, no podemos sortear la mente”.

En definitiva, psicoterapia y fármacos pueden ayudar o se pueden usar cuando no se debe, o inadecuadamente o con expectativas erróneas, como pensar que un fármaco o una terapia harán desaparecer el sufrimiento, de la propia vida, para siempre. La cuestión más importante es como ayudar a las personas a asumir la responsabilidad sobre sus vidas, aceptar el sufrimiento inevitable y aprender a enfocar sus propios objetivos vitales. En esto la terapia sería un eje central del tratamiento. Pero, para combatir sufrimientos agudos, evitables, más orgánicos o más insoportables, si no queda más remedio, es una cuestión de ética médica ayudar a la persona que sufre a reducir su malestar. Siempre y cuando la reducción del malestar no le impida seguir creciendo o adormile su propia consciencia y sensibilidad personal.


BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA

· Gabbard, Glen O. Empirical Evidence and Psychotherapy: a Growing Scientific Base. Am J Psychiatry 158:1, January 2001


· García Solano, F. Psicofármacos y psicoterapia. Ponencia presentada en Jornadas sobre el “Horizonte Social del Psicoanálisis”, Sevilla, 12 y 13 de marzo de 1999.

· Kandel, E. R. Un nuevo marco intelectual para la psiquiatría. Am J. Psychiatry 155: 4, April 1998.

· Roudinesco, E. ¿Por qué el psicoanálisis? Buenos Aires: Paidós. 2000.

LA PREVENCIÓN DE SALUD

VÍDEOS DE PREVENCIÓN DE ALGUNAS ENFERMEDADES

La palabra prevención , del verbo prevenir, es definida como " preparación, disposición que se toma para evitar algún peligro. Preparar con anticipación una cosa"(Larousse, 1950, Pág. 755). Queda claro entonces que al utilizar este término nos referimos a una acción de carácter anticipatorio. Pero tendríamos que preguntarnos, lógicamente y este sería uno de los primeros "peligros", ¿ a qué nos anticipamos?. Si es anticiparnos al peligro, o si es anticiparnos a que las cosas puedan ser mejor de lo que son.

                                              PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES





PREVENCION DE SALUD
En los últimos años las definiciones de las Políticas de Salud han pasado a considerar especialmente el valor de las prácticas de Prevención. Estas han sido definidas sobre todo "como aquellas actividades que permiten a las personas tener estilos de vida saludables y faculta a las comunidades a crear y consolidar ambientes donde se promueve la salud y se reduce los riesgos de enfermedad. La prevención implica desarrollar acciones anticipatorias. Los esfuerzos realizados para "anticipar" eventos, con el fin de promocionar el bienestar del ser humano y así evitar situaciones indeseables

                       PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES.



Campaña de Prevención de las Infecciones Respiratoria Bajas

DIABETES Y PREVENCION



ESQUIZOFRENIA

Esquizofrenia

Definiciones
E.Bleuber  , psiquiatra suizo  fue creador del término de esquizofrenia en 1911 , aunque este trastorno ya fue identificado por el psiquiatra alemán Kraepelin en 1896 bajo el nombre de "demencia precoz", queriendo significar que las personas afectadas, necesariamente sufren graves deterioros cognitivos y comportamentales, similar es a las demencias experimentadas por algunas personas ancianas, pero en este caso se daría en una edad juvenil.
Sin embargo Bleuler observó que no era así en todos los casos y consideró más apropiado dar el nombre de esquizofrenia como una escisión en la asociación de ideas o como una retirada de la realidad y la vida social. El término de esquizofrenia en sí significa " mente partida".
La esquizofrenia es un trastorno fundamental de la personalidad, una distorsión del pensamiento. Los que la padecen tienen frecuentemente el sentimiento de estar controlados por fuerzas extrañas.
La Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud ofrece la siguiente descripción de esquizofrenia:
Los trastornos esquizofrénicos se caracterizan por distorsiones fundamentales y típicas de la percepción, del pensamiento y de las emociones”
Según la definición de la OMS se trata de un “grupo de psicosis en la que se presenta una deformación fundamental de la personalidad , una distorsión característica del pensamiento, una sensación de ser dominado por fuerzas extrañas, delirios que pueden ser extravagantes , percepción perturbada , anormalidades en el afecto que no se ajusta a la situación real y autismo. Sin embargo , se mantienen usualmente una conciencia clara y una capacidad intelectual intacta…”

Etiología
La causa de la esquizofrenia permanece desconocida, y posiblemente no sea única. Lo más probable es que varios factores intervengan en su aparición, tal como el estrés ambiental, y ciertas condiciones psicosociales.
Aunque múltiples investigaciones apuntan a un origen orgánico del trastorno, todavía se carece de un modelo consensual que explique su variada sintomatología clínica, por lo cual se clasifica dentro de los «trastornos funcionales» y no puramente «orgánicos», como la enfermedad de Alzheimer.[]
En vista de que los síntomas positivos de la esquizofrenia son atenuados por medicamentos adecuados, se reconoce implícitamente una base no sólo funcional, sino también neurológica del trastorno. Además, se sabe con certeza que en la esquizofrenia aparece un exceso de dopamina, un neurotransmisor cerebral.
Hipótesis multifactoriales
Algunos autores consideran a la esquizofrenia como «psicosis endógena», y a veces se la agrupa junto a la psicosis maníaco depresiva, también considerada «endógena». El término endógeno derivó de la idea de «degeneración» como «desviación malsana de un individuo», surgida en el siglo XIX, asociándola fuertemente a la idea de predisposición hereditaria degenerada.
Posteriormente lo «endógeno» fue modificándose hacia la idea de disposición, más que «degeneración», y luego designó simplemente un origen desconocido, una psicosis sin base somática conocida, aunque se deja entrever que probablemente la tenga.
Aunque es un desafío delimitar bien el trastorno, hay evidencia suficiente que sugiere que en la esquizofrenia existe una vulnerabilidad genética sobre la que actúan estresores ambientales para, finalmente, desencadenar la condición. La idea de una vulnerabilidad intrínseca, denominada diátesis, presente en algunas personas, puede conllevar a un deterioro psicótico por intermedio de estresores biológicos, psicológicos o medio-ambientales, una teoría integradora conocida como el «modelo de diátesis-estrés».
La evidencia sugiere que aunque la esquizofrenia tiene un importante componente hereditario, el inicio del cuadro está significativamente influenciado por factores ambientales o de estrés. La idea de que los factores biológicos, psicológicos y sociales son todos importantes, se conoce como el «modelo biopsicosocial».
Aspectos genéticos
Hay evidencia sobre la heredabilidad de la esquizofrenia, que ha llegado a estimarse por sobre un 80% y hasta un 87%.Aun así, la investigación actual estima que el ambiente juega un considerable rol en la expresión de los genes involucrados en el trastorno. Esto es, poseer una carga genética importante no significa que la condición vaya a desarrollarse necesariamente.
La mejor prueba de ello son las tasas de concordancia genética, es decir, la proporción de parejas de gemelos en que ambos tienen la condición, que se han estimado en alrededor de un 48% para gemelos monocigóticos y un 4% para gemelos dicigóticos. Esto es, en el 48% de las parejas de gemelos monocigóticos los dos coinciden en el diagnóstico. Esto indica la alta heredabilidad de la esquizofrenia, pero también muestra la enorme influencia del ambiente, ya que el resto de las parejas gemelas sólo tienen a un miembro con la condición, a pesar de que los gemelos monocigóticos comparten la casi totalidad de sus genes. Los estudios aún están sujetos a interpretación.
Un campo abierto a la investigación actual y de rápido y continuo desarrollo es la genética molecular, que ha tratado de identificar los genes que pueden elevar el riesgo de desarrollar una esquizofrenia. Sus resultados aún son frágiles, y es claro que pueden variar en los próximos años. La búsqueda de genes y locicromosómicos ha sido lenta y frustrante, probablemente porque existen múltiples genes de susceptibilidad, cada uno con un efecto pequeño, que actúa ligado a procesos epigenéticos y factores ambientales.
 La investigación también ha sido dificultosa por problemas prácticos, como la ausencia de formas monogénicas o mendelianas de herencia, y la ausencia de un diagnóstico neuropatológico u otros marcadores biológicos del o los síndromes.
Factores prenatales
Algunos estudios han obtenido evidencia de que en ocasiones la esquizofrenia puede ser ocasionada por factores no genéticos. En los casos que no exista un desorden esquizofrénico en la historia familiar de una persona esquizofrénica, es muy probable encontrar una historia de complicaciones en o alrededor del momento del nacimiento, tales como infecciones por virus influenza durante el primer trimestre del embarazo, desnutrición materna, o asfixia perinatal, teniendo como resultado mayor probabilidad de presentar los síntomas de esa enfermedad.
Se cree que algunos factores causales se reúnen a principios del desarrollo neurológico del individuo aumentando su riesgo de desarrollar esquizofrenia después del nacimiento.
Un hallazgo curioso es que las personas diagnosticadas con esquizofrenia tienen más probabilidades de haber nacido en primavera o invierno, al menos en el hemisferio norte. Existen ahora pruebas de que la exposición prenatal a ciertas infecciones aumenta el riesgo de desarrollar esquizofrenia más tarde en la vida, proporcionando más evidencia de un vínculo entre ciertas patologías del desarrollo intrauterino y el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Factores sociales
Ciertos factores ambientales suelen actuar como desencadenantes y nunca como causa principal de aparición. Se ha encontrado que el vivir en un medio urbano puede ser un factor de riesgo que puede contribuir al desarrollo de la esquizofrenia. []Otro factor de riesgo es la desventaja social, tal como la pobreza[] y la migración relacionada con la adversidad social, la discriminación racial, la exclusión social, la disfunción familiar, el desempleo o las deficientes condiciones de vivienda. Ciertas experiencias vividas durante la infancia, incluyendo el abuso o traumatismos, también han sido implicadas como factores de riesgo de un diagnóstico de esquizofrenia más tarde en la vida.
Mientras tanto, investigaciones realizadas por Paul Hammersley y John Read establecieron que aproximadamente dos tercios de pacientes con esquizofrenia han sufrido abusos físicos y/o sexuales durante la infancia.[] La paternidad o maternidad no puede considerarse responsable de la esquizofrenia de un hijo, pero las relaciones disfuncionales pueden contribuir a incrementar el riesgo de padecer esta enfermedad.
Drogodependencia
Aunque alrededor de la mitad de todos los pacientes con esquizofrenia abusan de drogas, como el licor, ha sido difícil de demostrar una clara relación de causalidad entre el consumo de drogas y la esquizofrenia. Las dos explicaciones más apeladas para esta causalidad son que el uso de sustancias provoca esquizofrenia o que el uso de sustancias es una consecuencia de la esquizofrenia, y es posible que ambas sean correctas.
Un meta-análisis del 2007 calcula que el consumo de cannabis está estadísticamente asociado con un aumento dosis-dependiente del riesgo de desarrollo de trastornos psicóticos, incluyendo la esquizofrenia. Hay poca evidencia para sugerir que otras drogas como el alcohol causen la psicosis, o que los individuos psicóticos eligen fármacos específicos para su automedicación; existe cierto apoyo a la teoría de que se usan las drogas para hacer frente a los estados desagradables como la depresión, la ansiedad, el aburrimiento y la soledad.
Otras hipótesis
Algunos autores afirman que el agrandamiento progresivo de los ventrículos laterales, reducciones en las sustancias blanca y gris de los lóbulos frontal y temporal, entre otros hallazgos en los cerebros de pacientes con esquizofrenia no descarta un proceso neurodegenerativo,[] por lo que sigue siendo estudiada bajo esa premisa, como la enfermedad de Parkinson y la depresión. El deterioro estructural podría ser consecuencia de la esquizofrenia o una causa pre disponente.[]
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Epidemiología
Se cree que la esquizofrenia afecta principalmente a la cognición, pero también suele contribuir a la aparición de problemas crónicos de comportamiento y emoción. Las personas con esquizofrenia pueden tener trastornos adicionales, incluyendo depresión y trastornos de ansiedad.[
]Aproximadamente el 40% de los pacientes esquizofrénicos han consumido drogas al menos en una ocasión durante sus vidas. Ciertos problemas sociales, tales como el desempleo de larga duración, la pobreza y la falta de vivienda, son frecuentes en estos pacientes.
Prevalencia mundial
La prevalencia de la esquizofrenia, la proporción de personas que es esperable que experimenten esta enfermedad en algún momento de sus vidas, se ha establecido alrededor del 1% de la población, []con escasas variaciones entre los países. Sin embargo, una revisión sistemática de numerosos estudios encontró en 2002 una prevalencia de vida de 0,55%.[]
Desde entonces, también se ha documentado una prevalencia menor de esquizofrenia en países en vías de desarrollo.[]El análisis de un total de 1.721 estimaciones de 188 estudios que abarcan 46 países, calculó la mediana de las estimaciones de prevalencia en 4,6 por 1.000 para la prevalencia puntual, definida como la prevalencia durante cualquier intervalo de menos de un mes; 3,3 para la prevalencia de período, definida como la prevalencia durante un período de 1 a 12 meses; 4,0 para la prevalencia de vida o la proporción de individuos en la población que alguna vez manifestará la enfermedad y que están vivos en un día determinado; y el 7,2 de cada 1.000 individuos para el riesgo mórbido de por vida, el cual intenta incluir toda la vida de una cohorte de nacimientos, tanto del pasado como del futuro, e incluye a los fallecidos en el momento de la encuesta. Estas cifras sugieren que el estimado de 0,5-1% para la prevalencia publicada en muchos libros de texto es una sobreestimación.
El análisis sistemático de la realidad sugiere que es algo inferior, y los autores sugieren que es más preciso decir que alrededor de 7 a 8 por cada 1.000 personas se verán afectadas. []Más aún, algunos estudios han demostrado que la prevalencia de la esquizofrenia varía dentro de los países [54 ]y a nivel local y de suburbios.[]
Antecedentes familiares
La prevalencia de la esquizofrenia se incrementa al 10% en los parientes de primer grado de sujetos con esquizofrenia, índice aún más alto en familias con varios miembros que presentan la enfermedad.
 La incidencia de la esquizofrenia aumenta cuando la consanguinidad es más estrecha; cuando la similitud genética es del 50%, la incidencia oscila entre 8% y 14%; pero cuando la similitud es mayor, la incidencia se eleva hasta alcanzar entre 39% y 47%.Hay evidencia de que la heredabilidad de la esquizofrenia está por aproximadamente el 80%.Un equipo del Instituto Salk de Estudios Biológicos (La Jolla , California) ha logrado, gracias a la reprogramación celular, estar un paso más cerca de comprender la biología que se esconde tras esta enfermedad. Y ha constatado que, sin duda, la esquizofrenia es "un trastorno genético".
Fred H. Gage explica, coordinador del trabajo, "hemos convertido por primera vez células de la piel de pacientes esquizofrénicos en neuronas, un modelo que nos ha permitido observar que existe un déficit en la forma en que las neuronas de los afectados se conectan entre sí y también nos ha revelado nuevos genes implicados en la enfermedad".
El equipo aisló células de la piel de cuatro esquizofrénicos. Utilizando las técnicas de reprogramación las convirtieron en células IPS (Célula madre pluripotente inducida), que se caracterizan porque se pueden transformar en cualquier tipo celular del organismo ,ya sean neuronas, hepatocitos y las cultivaron para que se transformaran en neuronas. Esta técnica permite retroceder en el tiempo y llevar células adultas a un estado similar al de las células madre embrionarias.
Repitieron el mismo proceso con personas sanas y después, compararon las neuronas conseguidas de unos y otros. "Encontramos que las neuronas de los esquizofrénicos eran diferentes y se conectaban peor entre sí".
"Nadie sabe hasta qué punto los factores ambientales pueden contribuir al desarrollo de la esquizofrenia, pero al fabricar este modelo hemos podido sacar ese aspecto de la ecuación y centrarnos sólo en las causas genéticas y biológicas", indica Kristen Brennand, otra de las autoras.
Así, "identificamos casi 600 genes cuya actividad estaba mal regulada en las neuronas aisladas de los pacientes esquizofrénicos. El 25% de estos genes ya se habían relacionado con la enfermedad anteriormente, pero los otros no", dice Brennand. Para Gage, "esto demuestra claramente que la esquizofrenia es una enfermedad genética, que existe una disfunción neuronal que es independiente del ambiente".[]
Morbilidad y mortalidad
Se sabe que la esquizofrenia es una de las principales causas de discapacidad. En un estudio de 1999 de 14 países, la psicosis activa ocupa el tercer lugar después de la parálisis cerebral y la demencia, y por delante de la paraplejía y la ceguera.[]
Las personas con esquizofrenia tienen un riesgo de suicidio del 10%. La mortalidad también aumenta a causa de enfermedades médicas, debido a una combinación de estilos de vida poco saludables, los efectos secundarios de la medicación, y una baja calidad de atención sanitaria. Debido a estos factores, la esperanza de vida de estos pacientes es de 10 a 12 años inferior a la de la población sana (véase epígrafe sobre pronóstico).[]
Factores demográficos
No hay una demostración clara de la influencia del sexo o de la raza en la incidencia de la enfermedad, []mientras que el clima, la cultura o la clase social pueden influenciar la aparición de esquizofrenia en sujetos genéticamente susceptibles. Veremos referente a cada aspecto:
Género
La esquizofrenia se produce por igual en hombres y mujeres. No obstante, existen evidencias de que el pronóstico es mejor en mujeres, relacionándose este dato con una tendencia a un inicio más tardío en ese sexo, probablemente por el efecto antidopaminérgico del estrógeno.
   Generalmente aparece antes en los hombres: el pico de aparición son las edades 20-28 años para los hombres y 26-32 años para las mujeres. Las mujeres también suelen tener mejor respuesta a los tratamientos.
Edad
Los niños mayores de cinco años pueden desarrollar esquizofrenia, pero es muy raro que esta enfermedad se presente antes de la adolescencia, como lo es también su inicio en la tercera edad.
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]Algunos niños que desarrollan esquizofrenia tienen peculiaridades de la personalidad o del comportamiento que preceden a la enfermedad. Los síntomas comunes en los adultos, las alucinaciones y los delirios, son extremamente raros antes de la pubertad.[]
Socioculturales
Un hallazgo estable y reproducible demostró una asociación entre vivir en un medio ambiente urbano y el diagnóstico de esquizofrenia, incluso después de controlar factores de estadístico tales como el uso de drogas, el grupo étnico y el tamaño del grupo social.[]
En los países desarrollados los pacientes con esquizofrenia suelen tener niveles socioeconómicos bajos[. ]Igualmente suele pronosticarse la mala adaptación social a largo plazo en aquellos pacientes que perciben que su red social se está desintegrando, sea cierto o no.
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 Síntomas
Se llaman síntomas a aquellas manifestaciones del sujeto que anuncian una anomalía o enfermedad. Serían síntomas los dolores, las inflamaciones, los cambios de ritmos biológicos.
Según el DSM IV dos o más de los siguientes síntomas, presentes durante un tiempo de 1 mes: Delirios, alucinaciones, desorganización del discurso, comportamiento desorganizado o catatónico , síntomas negativos como aplanado, alogia , también disfunción social u ocupacional como trabajo, relaciones interpersonales, etc .
Estos  signos continuos deben persistir por lo menos 6 meses con 1 mes de síntomas propios del criterio. Excluir trastornos del humor, esquizoafectivos, abuso de sustancias, causas médicas, etc.
 El problema de la esquizofrenia es que la mayoría de los síntomas son subjetivos, dependen de lo que el paciente refiera. Hay dos tipos de síntomas en la esquizofrenia:
Síntomas positivos
Los síntomas positivos consisten en aquello que el paciente hace o experimenta y que las personas sanas no suelen presentar, como los delirios, alucinaciones y las conductas extravagantes.
En las fases agudas de la enfermedad, la excitación de los sentidos provoca trastornos en el cerebro, por lo que el paciente ve , oye , huele o siente cosas que no existen. Esta percepción provoca miedo en el enfermo, que puede tener delirios de ser perseguido o espiado.
Las alucinaciones, que son engaños de los sentidos, percepciones interiores que se producen sin un estimulo externo. No está en condiciones de reconocer que lo percibido surge únicamente de sus vivencias interiores y no está presenta en el mundo externo. , Pueden ser de tipo auditivas, táctiles, visuales, gustativas y olfativas.
El delirio,  que se  trata de una convicción errónea de origen patológico que se manifiesta a pesar de razones contrarias y sensatas. El alcance con la realidad está restringido. El paciente ve el delirio como la única realidad válida. Aunque los propios pensamientos son contrarios a las leyes de la lógica, el enfermo es inaccesible a esta objeción. Cuando se advierte de este estado, a veces no hay que pensar el inicio de un tratamiento o la hospitalización, ya que la desesperanza que puede llegar a producir en el paciente hace que haya intentos de suicidio. tipos: persecución, de culpa, de grandeza, religioso, somático, de referencia.
Los trastornos del pensamiento, se refiere a la manera de hablar suele darnos indicios significativos sobre el pensamiento trastornado. Relatan a menudo que han perdido control sobre sus pensamientos, que estos le han sido sustraídos, impuestos o que son dirigido por extraños poderes o fuerzas relacionados con el lenguaje tenemos: descarrilamiento, tangencialidad, ilogicalidad, presión del habla, distraibilidad.
Síntomas negativos
En la esquizofrenia también hay otra serie de síntomas, menos alarmantes pero que se suelen confundir como signos de pereza o de mal comportamiento, son los llamados síntomas negativos como por ejemplo, la apatía, la falta de energía, la falta de placer, insociabilidad, etc., los cuales deben ser tratados en la misma medida que los síntomas activos o positivos. 
Todos estos síntomas afectan a todos los ámbitos: social, laboral, familiar. En algunos aspectos el enfermo esquizofrénico tiene menos capacidad de acción que una persona sana. Estas deficiencias las llamamos síntomas negativos.
Se pueden ver estos síntomas antes de que aparezcan las alucinaciones y los delirios, pero en su forma más clara se manifiestan sólo después de la desaparición de los síntomas positivos. Hablaríamos de la fase residual de la enfermedad.
Hay que subrayar que no todas las personas que sufren de esquizofrenia tienen estos impedimentos o síntomas. Alrededor de una tercera parte de los enfermos no lo tienen en absoluto o de manera tan poco acentuada que apenas le molestan en la vida cotidiana.
La pobreza afectiva, se manifiesta como un empobrecimiento de la expresión de emociones y sentimientos, disminuye la capacidad emocional; se manifiesta en aspectos del comportamiento como:Expresión facial inmutable: la cara parece helada, de madera, mecánica., Movimientos espontáneos disminuidos y escasez de ademanes expresivos: no usa las manos para expresarse, permanece inmóvil y sentado..., Escaso contacto visual: puede rehuir mirar a los demás, permanece con la mirada extraviada, Incongruencia afectiva: el afecto expresado es inapropiado. Sonríe cuando se habla de temas serios. Risa tonta, Ausencia de inflexiones vocales: el habla tiene una calidad monótona y las palabras importantes no están enfatizadas por medio de cambios de tono de voz o volumen.
La alogia, se refiere al empobrecimiento del pensamiento y de la cognición. Se manifiesta a través de: Pobreza del lenguaje: restricción de la cantidad del lenguaje espontáneo, las respuestas son breves y raramente hay información adicional, Pobreza del contenido del lenguaje: aunque las respuestas son largas, el contenido es pobre. El lenguaje es vago repetitivo y estereotipado, bloqueo: interrupción del lenguaje antes de que un pensamiento o idea haya sido completado. Después de un periodo de silencio que puede durar unos segundos no puede recordar lo que estaba diciendo o lo que quería decir, Latencia de respuesta incrementada: el paciente tarda más tiempo de lo normal en responder a la pregunta.
La abulia –apatía, la abulia se manifiesta como una falta de energía, de impulso. La apatía es la falta de interés. A diferencia de la falta de energía de la depresión, en la esquizofrenia es relativamente crónica y normalmente no está acompañado de una afectividad triste. se manifiesta en: Problemas con el aseo y la higiene, Falta de persistencia en el trabajo, escuela o cualquier otra tarea, Sentimiento de cansancio, lentitud, Propensión al agotamiento físico y mental.
La anhedonia – insociabilidad, la anhedonia es la dificultad para experimentar interés o placer por las cosas que antes le gustaba hacer o por las actividades normalmente consideradas placenteras: tiene pocos o ningún hobbies, tienden a mostrar un decremento de la actividad e interés sexual en función de lo que tendría ser normal según la edad y estado del mismo, puede mostrar incapacidad para crear relaciones próximas e intimas apropiadas para su edad, sexo y estado familiar, Relaciones con amigos y semejantes restringidas. Hacen poco o ningún esfuerzo para desarrollar dichas relaciones.
Los problemas cognitivos de la atención, problemas en la concentración y en la atención, Sólo es capaz de concentrarse esporádicamente, Se distrae en medio de una actividad o conversación: se manifiesta en situaciones sociales; se le va la mirada, no sigue el argumento de una conversación, le interesa poco el tema; Acaba bruscamente una discusión o tarea aparente.

Tipos de Esquizofrenia
Hemos señalado el carácter individual del cuadro de la enfermedad, por esto la subordinación a uno de los diversos tipos de la patología significa a menudo una simplificación. Además con frecuencia se presentan cuadros mixtos, que pueden ser difíciles de clasificar. También se observa muchas veces que el cuadro de la enfermedad varía a lo largo del tiempo.
Esquizofrenia paranoide
Se caracteriza por el predominio de ideas delirantes y alucinaciones, sobre todo auditivas. Los delirios y las alucinaciones a veces constituyen una unidad. Es la más frecuente, suele iniciarse entre los 20 y 30 años y es la que mejor evoluciona a pesar de la aparatosidad del cuadro.
Esquizofrenia catatónica
Predomina el trastorno del movimiento o movimientos motores. Los expertos hablan de "estupor catatónico". A pesar de tener la conciencia despierta, el enfermo no reacciona a los intentos de entrar en contacto con él. Su rostro permanece inmóvil e inexpresivo, no se percibe ningún movimiento interior e incluso fuertes estímulos de dolor pueden no provocar reacción alguna. En los casos más graves pueden llegar a no hablar, ni comer, ni beber durante periodos lo suficientemente largos como para que peligre su vida. Sin embargo en el interior del enfermo puede haber verdaderas tormentas de sentimientos, que a menudo solo se manifiestan en una aceleración del pulso. También se dan repetición constantes del mismo movimiento (automatismos) y muecas.
Los cuadros de extrema gravedad, en los que el enfermo por ejemplo se mantiene sobre una pierna durante unas semanas, solo se observa muy raras veces gracias a las posibilidades actuales del tratamiento. Sólo ocurren cuando nadie se ocupa del enfermo o cuando el tratamiento no es eficaz. El pronóstico para este tipo de esquizofrenia suele ser malo.
Esquizofrenia desorganizada o hebefrenica
Predomina un afecto absurdo, no apropiado; se suelen reír cuando se les da una mala noticia, las conductas suelen ser infantiles, el estado de humor es absurdo, existe desinhibición en los sentimientos. Suelen tener comportamientos extraños, como reír sin motivo aparente y realizar muecas. A menudo muestran falta de interés y de participación. Hay casos en los que se manifiestan alucinaciones y delirios, aunque esto no es una condición ecuánime en este tipo de esquizofrenia la mayoría de los casos los brotes no son claramente delimitables. Suele comenzar en edades tempranas como es la pubertad, por eso reciben el nombre de esquizofrenias juveniles e incluso hay casos en los que la enfermedad viene de la infancia (psicosis infantil). Los desarrollos hebefrénicos lentos y desapercibidos por presentar pocos síntomas se califican como esquizofrenia simple. Por la ausencia de síntomas es difícil de reconocerla, los indicios suelen ser el descuido personal, conductas solitarias....
 El pronóstico suele ser desfavorable en comparación con las otras esquizofrenias, debido a la personalidad inmadura del enfermo.
Esquizofrenia indiferenciada
Es un tipo de esquizofrenia en la cual no predomina un síntoma concreto para el diagnóstico, es como la mezcla de las otras anteriores.
Esquizofrenia residual
En estos casos debe haber habido, por lo menos, un episodio de esquizofrenia anteriormente, pero en el momento actual no hay síntomas psicóticos importantes. Es la fase en la que los síntomas negativos son más evidentes. No se manifiesta en todos los enfermos.

Curso
Cuando los síntomas de una esquizofrenia se presentan por primera vez en la vida de una persona y desaparecen por completo después de poco tiempo, se habla e un episodio esquizofrénico o psicótico, en general después de estos episodios no quedan síntomas negativos.
Se puede hablar de una esquizofrenia cuando ya en la primera ocasión que se presenta las manifestaciones de la enfermedad se mantienen durante un tiempo más o menos largo, cuando los síntomas vuelven a aparecer al cabo de algún tiempo y cuando la enfermedad desemboca en sintomatología negativa. se pueden distinguir tres fases:
1ª fase prodrómica, es la fase en la vida de la persona que se produce antes del desencadenamiento de la enfermedad. Se puede constatar que en algunas personas que sufren la enfermedad ya habían sido diferentes en la niñez y en la juventud, solitarios, callados, rendimiento bajo. Pero no necesariamente tiene que ser así, hay casos en los que no se detecte ninguna anomalía en la persona que sufre de esquizofrenia. Se denomina fase prodrómica a la fase que se produce antes de una crisis, por lo tanto hay una serie de síntomas que nos pueden ayudar en algunos casos ha detectarlas: tensión y nerviosismo, pérdida del apetito o desorganización en las comidas, dificultad para concentrarse, dificultad en dormir, disfruta menos de las cosas, no recuerda con precisión, depresión y tristeza, preocupado con una o dos cosas, ve menos a sus amistades, piensa que se ríen o hablan mal de él, pérdida de interés en las cosas, se siente mal sin motivo claro, se siente muy agitado o emocionado, se siente inútil, otros cambios...
2º fase activa, es la fase donde se desencadena la enfermedad, son los llamados brotes o crisis, los síntomas que se producen son los positivos, alucinaciones, delirios, trastornos del pensamiento... es en la fase en la cual la familia se alarma y suele pedir ayuda médica. Estas crisis pueden brotar repentinamente y desarrollar el cuadro completo en unos días. En otros casos el comienzo de la enfermedad puede producirse muy lentamente y de forma desapercibida. La duración de los brotes varía según la persona y puede extenderse desde unas semanas hasta un año. Un mismo enfermo suele tener brotes de duraciones parecidas. Lo mismo ocurre con los intervalos entre brotes, según las características de las persona puede oscilar entre meses y varios años y son generalmente de la misma duración en una misma persona.
3ª fase residual, no la sufren todos los enfermos, en esta fase los síntomas negativos llegan a su culmen y el deterioro personal, social y laboral es grave.
Teoría de los tres tercios: 1/3 se recupera, 1/3 sigue teniendo ciertas limitaciones después de un brote. , 1/3 curso grave de la enfermedad y no pueden vivir de forma autónoma.

Trastorno de la enfermedad
      Trastorno del pensamiento
El pensamiento pierde fluidez y coherencia , y al paciente le resulta casi imposible concentrarse o utilizar su mente incluso para operaciones sencillas .El paciente dice cosas que para los que lo rodean no tiene sentido.
         Falsas creencias
Llamadas también Ideas delirantes, consideradas la puerta de entrada a la locura. Tienen carácter enigmático, raramente observable en otras patologías. Aparecen como reflejo de una fragmentación en la experiencia de la realidad y se manifiesta de diversas maneras: Contenido contradictorio, falta de consistencia lógica entre los componentes de la creencia, relación entre creencia delirante y cualquier acción es impredecible.
   Alucinaciones
Prevalecen las alucinaciones auditivas. Las más específicas son oír voces hablando en tercera persona. También son frecuentes las alucinaciones en segunda persona. Pueden ser reconfortantes o derogatorias.
En fase aguda las alucinaciones auditivas alcanzan el mismo nivel de calidad sensorial que las voces que provienen del mundo exterior. En algunos casos se atribuyen a radiotransmisores implantados en su cuerpo. En fase crónica se reconocen las voces que provienen del mismo enfermo. Las alucinaciones somáticas también son frecuentes y a menudo se asocian con interpretaciones delirantes. La percepción delirante ilustra la incongruencia entre la idea delirante y la actividad mental coexistente, lo que es característico de la esquizofrenia.
Trastornos Afectivos
Afecto restringido: pérdida de inflexión vocal y disminución de la expresión facial. Falta de preocupación o conciencia respecto al problema. Afecto inadecuado: sentimiento que no corresponde a las circunstancias. En forma grave se trata de risa hueca que aparentemente no se relaciona con ningún tipo de estímulo.
Excitación y depresión;en exacerbaciones se presenta con frecuencia excitación, irritabilidad, insomnio, agitación e hiperactividad motora. La depresión forma parte de la fase prodrómica de la enfermedad. También puede presentarse en estadios crónicos.
Trastornos Motores
Durante la infancia son más torpes que sus hermanos, factor de predisposición. Descoordinación motora catatónica. Catatonía que lleva a la hipoactividad, estupor, no responde a estímulos, pero conserva sin alterar la conciencia de lo que ocurre. En hiperactividad presenta conductas estereotipadas por largos períodos. Flexibilidad cérea (se moldea el cuerpo en posiciones inusuales que puede mantener por largo tiempo. Ecopraxia, es decir imita movimientos del entrevistador.
Trastorno de la Voluntad
La actividad voluntaria puede interrumpirse o debilitarse. La voluntad inconexa se manifiesta en actividades poco organizadas y valoradas incorrectamente. La disminución o anulación volitiva lleva a largos periodos de inactividad, como ser estar sentado en una butaca varias horas.

Diagnóstico Diferencial
Normalmente, la esquizofrenia se reconoce por primera vez por un cambio en el funcionamiento social y personal para el que no existe explicación. El periodo anterior a síntomas activos se denomina etapa prodrómica y puede durar años. En las tres cuartas partes de los casos aparecen síntomas inespecíficos y negativos antes del primer síntoma positivo. Estos síntomas iniciales suelen acompañarse de deterioro funcional.
Los signos iniciales incluyen también alteraciones del comportamiento, como ansiedad generalizada, depresión leve transitoria, pérdida de interés o abandono del trabajo, y de las actividades sociales que antes eran importantes, suspicacia y un cambio profundo y visible en los hábitos y valores personales como el aseo, la higiene, el cuidado de la vestimenta o la puntualidad. El enfermo puede actuar o vestirse de forma extraña o extravagante. Normalmente, las explicaciones para estos cambios y comportamientos son simbólicas, metafóricas o extrañas.
  
Criterios diagnósticos para la esquizofrenia de la CIE-10
Los criterios diagnósticos para la esquizofrenia de la CIE-10 organizan los síntomas en nueve grupos, algunos de los cuales son necesarios para establecer el diagnóstico .Los síntomas tienen que estar presentes por lo menos durante un mes para poder diagnosticar esquizofrenia. A continuación se describen los nueve grupos de síntomas
   Eco, robo, inserción del pensamiento o difusión del pensamiento mismo
El eco del pensamiento consiste en que el enfermo escucha en alto sus propios pensamientos. La inserción y el robo del pensamiento significan que la persona afectada cree que sus pensamientos son introducidos o extraídos de dentro de su cabeza por un agente externo. Difusión del pensamiento quiere decir que la persona cree que todos conocen sus pensamientos porque estos son difundidos de alguna manera que es diferente de la comunicación voluntaria. Estos síntomas reflejan la enajenación de la persona del contenido de sus propios pensamientos.
   Ideas delirantes de ser controlado, de influencia o de pasividad, claramente referidas al cuerpo, a movimientos de los miembros o a pensamientos, acciones o sensaciones concretas, y percepción delirante.
En este tipo de fenómeno delirante la persona cree que sus pensamientos, acciones y percepciones están siendo controlados por alguien o algo fuera de ella, reflejando, una vez más, la disociación de los procesos mentales del individuo de la experiencia del yo.
   Voces alucinatorias que comentan la propia actividad, que discuten entre ellas sobre el enfermo u otros tipos de voces alucinatorias que proceden de alguna parte del cuerpo.
Muchas personas con esquizofrenia refieren que las voces comentan continuamente su comportamiento. Estas voces suelen emitir juicios negativos sobre la persona.
   Ideas delirantes persistentes de otro tipo que no son adecuadas a la cultura del sujeto o que son completamente imposibles, como las de identidad religiosa o política, capacidades y poderes sobrehumanos (por ejemplo, ser capaz de controlar el clima o estar en comunicación con seres de otro mundo).
Por ejemplo, las personas pueden creer que vivirán para siempre y que sobrevivirán repetidas veces a experiencias que matarían a otros, que pueden curar a los demás con “pensamientos limpios”, que son un rey o alguna personalidad reconocida o que están casados con alguien de otro planeta.
Este tipo de síntomas (A-D) se considera especialmente típico de la esquizofrenia. Además, si uno de estos cuatro síntomas se manifiesta durante, al menos, un mes, se puede establecer el diagnóstico de esquizofrenia.
Los siguientes cuatro grupos de síntomas (E-H) también son importantes, pero dos de ellos deben haberse manifestado durante un mes para poder diagnosticar esquizofrenia.
  Alucinaciones persistentes de cualquier modalidad, cuando se acompañan de ideas delirantes no estructuradas y fugaces sin contenido afectivo claro, o ideas sobrevaloradas persistentes, o cuando se presentan a diario durante semanas o meses o permanentemente.
Las alucinaciones más frecuentes son auditivas, pero también pueden aparecer táctiles, visuales y olfatorias, así como otras percepciones erróneas y falsas. Las personas con esquizofrenia pueden oler aromas “venenosos”, experimentar la sensación de volar por el aire, sentir a un extraño dentro de su propio cuerpo o tener la sensación de que un insecto camina por su piel. Pueden ver a personas que no están ahí realmente o escenas complejas que no son reales.
  Interpolaciones o bloqueos del curso del pensamiento, que dan lugar a un lenguaje divagatorio, incoherente, disgregado o lleno de neologismos.
Rarezas en los procesos del pensamiento de las personas con esquizofrenia pueden llevar a la fragmentación o desintegración del pensamiento lógico. El enfermo puede ser incapaz de organizar un grupo de pensamientos no relacionados. Las personas con esquizofrenia pueden usar neologismos, palabras que inventan para reemplazar otras de uso normal ; ejemplo., emplear la palabra “rementación” con el significado de crear una nueva personalidad.
  Manifestaciones catatónicas, tales como excitación, posturas características o flexibilidad cérea, negativismo, mutismo y estupor.
Estos síntomas comprenden una amplia variedad de comportamientos extraños y sin sentido. El estupor hace que pierda la capacidad de reaccionar a los estímulos del entorno, de tal modo los movimientos y la actividad espontánea desaparecen. El mutismo impide que la persona pueda comunicarse verbalmente. Lo opuesto a estupor es excitación y agitación. La actividad motora aumenta sin que se establezca ninguna relación con los estímulos externos, y no parece tener objetivo ni propósito. En algunos casos, cuando se coloca a las personas con esquizofrenia en una determinada posición, estas la mantienen ,la llamada “flexibilidad cérea”. También pueden adoptar y mantener posturas inadecuadas durante largos periodos de tiempo. Por ejemplo, el afectado puede adoptar una posición no natural de la cabeza, como si estuviera apoyada en una almohada “almohada psicológica”. Otros síntomas catatónicos consisten en rigidez muscular, contraccioes espasmódicas llamativas, ecolalia ,que es la imitación de las palabras y movimientos de los demás y pérdida de la “gracia natural” de los movimientos.
   Síntomas “negativos” tales como apatía marcada, empobrecimiento del lenguaje y embotamiento o incongruencia de las respuestas emocionales, que generalmente conducen a retraimiento social y disminución de la actividad social. Debe quedar claro que estos síntomas no se deben a depresión ni a administración de neurolépticos
Este es un grupo importante de síntomas que puede ayudar a predecir la evolución del trastorno. Los síntomas negativos pueden considerarse como una manifestación de la disminución general del nivel de energía. Los enfermos presentan una variedad y un nivel de emociones limitados y tienen menos capacidad para participar emocionalmente en ciertas situaciones. Esta pérdida de profundidad y variedad emocional puede aumentar y llegar a ser más general, con el resultado de que la persona se vuelve completamente apática. La escasez o empobrecimiento de los pensamientos se refleja en la pobreza del lenguaje. El enfermo puede perder la motivación .
El grupo final de síntomas (I) puede constituir una de las causas principales de los problemas sociales y laborables con los que se enfrentan las personas con esquizofrenia.
   Un cambio considerable y significativo de la cualidad general de algunos aspectos de la conducta personal que se manifiesta como pérdida de interés, falta de objetivos, ociosidad, actitud absorta y aislamiento social.

Pautas a seguir en caso de presentar síntomas
Consulta con el Médico de Familia para que te oriente si hace falta hacia el Centro de Salud Mental de tu ciudad o barrio.
Pide información sobre la actitud que hay que tomar y a dónde dirigirse en caso de urgencia en tu Centro de Asistencia Primaria o Área Básica de Salud.
Ponte en contacto con alguna Asociación de Familiares de personas con enfermedad mental.
 Ve a un Servicio de Psiquiatría o contacta con un psiquiatra de confianza.
 Es importante realizar un diagnóstico precoz de la enfermedad que permita el tratamiento de la enfermedad de forma continuada.

Problemas de la Enfermedad
La esquizofrenia se oculta por los sentimientos de vergüenza y estigmatización que provoca. Muchas personas que padecen la enfermedad no están diagnosticadas ni son tratadas, especialmente al comienzo del trastorno.
La esquizofrenia es con frecuencia un problema importante de salud pública debido a su gravedad, carácter crónico y discapacidad que causa. La discriminación debida a la esquizofrenia aumenta el sufrimiento de la persona que padece la enfermedad, también es una fuente de perturbación y sufrimiento para el paciente y sus familiares. La carga de la
esquizofrenia revela que la enfermedad causa sufrimiento, pérdida de productividad, una menor calidad de vida y problemas médicos y mentales de carácter secundario en los pacientes y sus familias.
Los ciudadanos se muestran contrarios al establecimiento de centros de tratamiento y alojamiento para personas con enfermedad mental en las zonas residenciales. Ello supone un gran obstáculo para su integración en la comunidad. Se otorga a este colectivo una categoría más baja que la de minusválidos o exconvictos.
Problemas de vivienda, los propietarios suelen negarse a alquilar casas a personas con problemas psiquiátricos.
Problemas de empleo, Aunque la mayoría de las personas con enfermedad mental tienen una importante capacidad para el trabajo, sólo un pequeño porcentaje están empleados.
Aislamiento social, Las personas con esquizofrenia suelen estar socialmente aisladas, en parte por la estigmatización y en parte como consecuencia de los síntomas negativos asociados con la enfermedad. Casi no tienen amigos.

Tratamiento
La esquizofrenia es un proceso crónico, pero con buena respuesta al tratamiento. Dado que es un trastorno complejo, el tratamiento debiera ser multifacético. Existe un cierto consenso en el uso simultáneo de fármacosantipsicóticos, y de terapias psicológicas como el modelo cognitivo-conductual y psicoanalítica[ ][]y otros, y un enfoque psicosocial de redes asistenciales, hogares y talleres protegidos, que evitan las hospitalizaciones prolongadas. En estas condiciones, la esquizofrenia ha mejorado considerablemente de pronóstico en los últimos 20 años.
     Farmacología

Los antipsicóticos son los fármacos de primera línea utilizados en el tratamiento de la esquizofrenia y de las enfermedades relacionadas con ella. Inicialmente se llamaron tranquilizantes mayores o neurolépticos, en oposición a los «tranquilizantes menores», conocidos ahora como ansiolíticos, por su capacidad para producir determinados efectos secundarios neurológicos. En los últimos años el término «antipsicótico», que hace referencia a su acción terapéutica, se utiliza de forma casi universal.

Desde el descubrimiento del primer fármaco con efecto antipsicótico en 1952, los avances en la psicofarmacoterapia de los delirios y alucinaciones asociados a la esquizofrenia han permitido que la mayoría de las personas afectadas por esta enfermedad puedan vivir fuera de los asilosy hospitales en los cuales eran recluidas en el pasado debido a los desajustes conductuales asociados a la psicosis.[]
Los antipsicóticos llegan al cerebro y bloquean diversos receptores celulares para neurotransmisores, y destaca la acción sobre receptores para la dopamina y serotonina.
     Benzodiazepinas
Las benzodiazepinas se han utilizado solas o en combinación con antipsicóticos, administradas a dosis muy elevadas con la finalidad de minimizar la agitación, los trastornos del pensamiento, las ideas delirantes y las alucinaciones.[]Las benzodiazepinas facilitan la neurotransmisión del GABA, que puede a su vez inhibir la neurotransmisión de la dopamina. La respuesta individual es muy variable y suele ser más efectiva como coadyuvante de los antipsicóticos.
    Rehabilitación
La rehabilitación psicosocial incluye varias intervenciones no médicas para las personas con esquizofrenia y enfatizan la capacitación social y vocacional para ayudar a los pacientes recién diagnosticados o que han estado enfermos por un tiempo a superar dificultades en las áreas cognitivas o de habilidades sociales afectadas. Una de las razones principales de complementar el tratamiento farmacológico con tratamientos psicoterapéuticos es que los primeros solo tienen mayor efectividad sobre los síntomas positivos pero poco ante los negativos no logrando una mejoría en la integración social del paciente.
Los programas pueden incluir asesoramiento vocacional, capacitación para el trabajo, técnicas para solucionar problemas de la vida diaria, administración del dinero, uso del transporte público y aprendizaje de destrezas sociales para interactuar mejor con otras personas.
Estos métodos son muy útiles para los pacientes tratados en la comunidad, porque proporcionan las técnicas necesarias para poder llevar mejor la vida en comunidad a los pacientes que han sido dados de alta del hospital, lo que conlleva a disminuir las recaídas, adquirir habilidades, disminuir los síntomas negativos e incrementar el ajuste social.
    Psicoterapia individual
La psicoterapia individual o terapia personal incluye sesiones programadas con regularidad en las que el paciente conversa con su psicólogo o psiquiatra. Las sesiones pueden centrarse en problemas actuales o pasados, experiencias, pensamientos, sentimientos o reacciones personales.
El paciente puede llegar a entender gradualmente más acerca de sí mismo y de sus problemas al compartir experiencias con una persona capacitada para entenderlo y que tiene una visión objetiva. También puede aprender a distinguir entre lo real y lo distorsionado. Los métodos cognoscitivos y de comportamiento enseñan técnicas de adaptación, solución de problemas y dotan al individuo de estrategias de afrontamiento.[
]A pesar de sus beneficios, la psicoterapia no es un sustituto de los medicamentos antipsicóticos, y resulta más útil una vez que el tratamiento con medicamentos ha aliviado los síntomas psicóticos.

       Terapia electroconvulsiva

La terapia electroconvulsiva (TEC) ha sido usado en el tratamiento de la esquizofrenia desde su aparición en 1934, sin embargo, debido en parte a sus efectosdeletéreos en la memoriay a los riesgos de lesiones osteomusculares durante la convulsión producida por la corriente eléctrica, su utilización ha menguado a nivel mundial.
[



]La Asociación Estadounidense de Psiquiatríaestablece en sus directrices que la terapia electroconvulsiva rara vez se utiliza como tratamiento de primera línea para la esquizofrenia, pero se considera su indicación especialmente para tratar las psicosis concurrentes resistentes a los antipsicóticos.[228]Puede también ser considerado en el tratamiento de pacientes con trastorno esquizoafectivo o esquizofreniforme.[
]Las directrices del Instituto británico de Excelencia Clínica (National Institute for Health and Clinical Excellence) no recomienda el electroshock para la esquizofrenia, basado en evidencias meta-analíticas que demuestran escasos beneficios en comparación con el uso de una sustancia placebo, ni siquiera en combinación con medicamentos antipsicóticos, incluyendo la clozapina[.]

 Educación familiar

Con frecuencia los pacientes son dados de alta del hospital y quedan a cuidado de sus familias, por esta razón es importante que los familiares aprendan todo lo que puedan acerca de los desafíos y problemas asociados con la enfermedad. La colaboración con la familia en la rehabilitación tiene dos objetivos fundamentales, prevenir las recaídas y fomentar comportamientos que lleven a una rehabilitación satisfactoria, desalentando las conductas que impidan este proceso.[]
Es necesario que los familiares conozcan los servicios disponibles para asistirles durante el período posterior a la hospitalización. El educar a la familia en todos los aspectos de la enfermedad y su tratamiento se llama «psico-educación familiar». La psico-educación familiar incluye aprender estrategias para manejar la enfermedad y técnicas de solución de problemas.
En lugar de simular estar de acuerdo con declaraciones que parecen extrañas o son decididamente falsas por partedel paciente, los miembros de la familia y amigos pueden reconocer que las cosas parecen diferentes para el paciente y deben indicar que no ven las cosas de la misma manera o que no están de acuerdo con sus conclusiones.[]De igual forma, es útil llevar un registro de los síntomas que van apareciendo, los medicamentos ,que toma y los efectos que han tenido los diversos tratamientos. Al saber qué síntomas estuvieron presentes anteriormente, los familiares pueden tener una idea más clara de lo que puede suceder en el futuro.[]
Además de colaborar a obtener ayuda, la familia, los amigos, y los grupos de personas con condiciones similares, pueden proporcionar apoyo y fomentar que el paciente esquizofrénico recupere sus capacidades.[
]Es importante plantearse metas alcanzables ya que un paciente que se siente presionado o criticado probablemente tendrá estrés, lo que puede causar un empeoramiento o una recaída. Al igual que otros, las personas con esquizofrenia necesitan saber cuándo están haciendo bien las cosas. A largo plazo, un enfoque positivo puede ser útil y quizás más eficaz que la crítica.[]

Terapia de grupo

La terapia de grupo en la esquizofrenia, así como la aplicación de técnicas de discusión en grupo y lecturas de apoyo, se ha mostrado similar en eficacia a la psicoterapia individual y en algunos casos más aún, aumentando el entusiasmo de pacientes y terapeutas, disminuyendo recaídas y rehospitalizaciones, mejorando cumplimiento, relaciones sociales y funcionamiento global.[]
La terapia de grupo, al margen de ser menos costosa, aporta una serie de beneficios en las habilidades sociales del paciente psicótico: ofrece un contexto realista, igualitario, seguro, horizontal y neutral donde se desarrollan múltiples y multifocales interacciones que favorecen la realimentación y aprendizaje interpersonal, pudiendo proceder la ayuda de cualquier miembro del grupo y no sólo del terapeuta[.
]
Pronóstico  
Entender el posible curso de la enfermedad puede ayudar a guiar su tratamiento. Los factores más frecuentemente asociados con un mejor pronóstico general incluyen el ser mujer, la aparición rápida, en oposición a la instalación insidiosa de los síntomas, la edad avanzada para el momento del primer episodio, síntomas predominantemente positivos en lugar de negativos y el buen funcionamiento previo a la enfermedad.[] []La determinación o capacidad de recuperación psicológica también se han asociado con un mejor pronóstico.[

Desempeño social

La esquizofrenia sin síntomas negativos se ha relacionado a menudo con un buen ajuste social entre las crisis.[ ]Los pacientes con esquizofrenia tienen una alta tasa de abuso de sustancias, y los que consumen drogas tienen sus primeras hospitalizaciones a edades más tempranas, tienen hospitalizaciones más frecuentes y tienen más disfunción en sus relaciones interpersonales y familiares.
[


 ]La fuerza del cometido de los pacientes a sus ilusiones es directamente proporcional a la probabilidad de que sea reingresado a un centro asistencial e inversamente proporcional a su resiliencia.
Algunos pacientes se vuelven tan psicóticos y desorganizados que no pueden satisfacer sus necesidades básicas, tales como resolución de problemas, establecer y alcanzar metas futuras, proveer su propia vivienda, comida, vestido y pueden requerir un mayor apoyo para mantener su independencia.
Este tipo de pacientes tienen una mayor probabilidad de comportamiento agresivo que aquellos con menos síntomas psicóticos. Los pacientes con esquizofrenia también tienen una tasa disminuida de matrimonio y aumentada de divorcios.
A menudo, aunque en una proporción menor, las personas con enfermedades mentales graves, como la esquizofrenia, se encuentran en precariedad y no reciben el tratamiento que necesitan. No obstante otros terminan curándose, como es el caso de John Forbes Nash, o bien recibiendo tratamiento médico alternativo a los fármacos con lo que consiguen alcanzar una mejor calidad de vida y superar obstáculos y limitaciones.
Prognosis de remisiones y recidivas
Una vez que se establece el diagnóstico correcto de esquizofrenia, existen para la mayoría de los pacientes cuatro posibilidades fundamentales en el curso de su enfermedad:
La resolución completa de los síntomas con o sin tratamiento sin recidiva nunca, el caso de aproximadamente 10-20% de los pacientes.
El paciente mejora completamente pero presenta recidivas de forma repetida con recuperación total cada vez, lo que ocurre en 30-35% de los casos.
Se presentan recidivas repetidas con recuperación parcial e incompleta sin que los síntomas se vuelvan más pronunciados cada vez, lo que ocurre en 30-35% de los casos.
La enfermedad sigue un curso natural de empeoramiento rápido e inevitable desde la aparición de los síntomas, el caso de aproximadamente 10-20% de los pacientes.
Sin tratamiento, 75% de los pacientes diagnosticados con esquizofrenia sufren recaídas al cabo de un año. Bajo tratamiento controlado con neurolépticos, solo el 15% recaen al final de un año y al cabo de 5 años, un 20%.[

Comorbilidad y esperanza de vida

La esperanza de vida de las personas con el trastorno es de 10 a 12 años menos que la de quienes no lo tienen, probablemente debido al aumento de problemas de salud física y una mayor tasa de suicidios.
La enfermedad cardíaca precoz es la causa más frecuente de muerte en pacientes con esquizofrenia, el riesgo de morir por enfermedad cardiovascular es de dos a tres veces mayor que en la población general.
 Este riesgo se acelera debido a que su tasa de consumo de cigarrillos es de 30-35% superior a la de la población en general. Las personas con esquizofrenia también fuman más que los pacientes con otros trastornos mentales.
 Aunque varios estudios han demostrado que los pacientes con esquizofrenia fuman más que la población general, aún no se ha producido una explicación definitiva de esta diferencia.
El riesgo de suicidio está fuertemente asociado con la depresión postpsicótica, los intentos previos de suicidio, abuso de drogas, agitación o agitación motora, el miedo a la desintegración mental, la baja adherencia al tratamiento y enlutamientos recientes.
La sobredosis con los medicamentos de su tratamiento como método de suicidio no es común porque los antipsicóticos tienen un alto índice terapéutico, es decir, las dosis letales son muy superiores a las dosis que producen un efecto terapéutico.
]



Conclusiones
La esquizofrenia tiene una edad de aparición, entre 15 y 45 años, suele comenzar al final de la adolescencia y quien padece esta enfermedad mental experimenta una distorsión de los pensamientos y sentimientos.
La persona con esquizofrenia comienza a sentir, pensar y hablar de forma distinta a como lo hacía, no puede explicar lo que le está sucediendo, siente miedo, por tanto no pedirá ayuda.
Se puede hablar de una esquizofrenia cuando ya en la primera ocasión las manifestaciones se mantienen durante un tiempo, cuando vuelve a aparecer al cabo de un tiempo y cuando la enfermedad desemboca en sintomatología negativa.
No existe una causa para que algunas personas desarrollen la enfermedad sino que hay que atribuir la responsabilidad a un conjunto de causas. Es necesario y complementario que el enfermo reciba un tratamiento psicosocial.
El tratamiento farmacológico de primera línea son los medicamentos antipsicóticos, que fundamentalmente actúan suprimiendo la actividad de la dopamina. Las dosis de los antipsicóticos empleados son generalmente más bajas que en las primeras décadas de su uso.








Referencias
López-Ibor Aliño , Juan J. & Valdés Miyar(2002).DSM-IV-TR. Manual Diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales .Texto revisado. Barcelona: Masson

Secretaria de Salud (2002) Programa de Acción: Salud Mental: Esquizofrenia. México.

Universidad Nacional de México (2006) Psicopatología: Psicología Anormal, el problema de la conducta inadaptada. Edición decima primera. Editorial Pearson. México.
Organización Panamericana de la Salud (2005) Psiquiatría: Trastornos mentales. Segunda edición. Editorial manual moderno. México

Jiménez P.(2009)Manual de Psicopatología. Segunda Edición. Editorial Trial. España.